Por Noelia Pirsic
Cintia Verna (Hansel) y Lucía Alonso Moser (Gretel) | Foto: Carlos Furman
¿Ustedes solo se dedican a hacer ópera?
¿Es difícil cantar así?
¿Les cuesta mucho aprenderse las letras?
¿Cómo aguantan tanto tiempo cantando?
Las dudas de niñas y niños de quinto grado volaron como pelotas de ping pong durante uno de los ensayos abiertos de Hansel y Gretel en el hall del Teatro San Martín. La obra, que se presentará desde el 23 de julio en el Teatro de la Ribera de la ciudad de Buenos Aires, es una adaptación en español de la ópera en tres actos que compuso Engelbert Humperdinck en 1893 con libreto de su hermana, Adelheide Wette, basada en el cuento homónimo de los hermanos Grimm. La versión, un trabajo creativo artesanal del régisseur Julián Ignacio Garcés y el compositor Facundo Negri, incluye sonido electrónico, proyecciones, coreografías y una platea sobre el escenario. El objetivo: que la historia cobre sentido para niños, adolescentes y adultos del siglo 21.
Los pequeños espectadores, dispuestos en una ronda que se completaba con los cantantes, músicos y directores del espectáculo, se turnaron para hacer preguntas frescas que a veces demandaron respuestas complejas.
– ¿Por qué Hansel y Gretel pelean?
– Porque son hermanos -sintetizó Garcés, divertido.
– ¿Qué estrategias utilizaron para componer a los personajes? -quiso saber una alumna.
– En mi caso, para hacer a Hansel estudié a mi hijo de tres años, observé cómo se movía, qué energía usaba – intervino la mezzosoprano Daniela Prado, que acababa de pasar la escena.
– La obra tiene una dificultad musical que implica que sea cantada por adultos -aclaró el director. Por eso buscamos que estos adultos que hacen de niños tuvieran una energía física como la de ustedes. ¿Qué hacen ustedes? Nunca se quedan quietos, se golpean, se caen, se tropiezan, se pelean, lloran y se ríen con un segundo de distancia. Caerse, levantarse y seguir caminando son cosas que para nosotros, que estamos muy oxidados, nos quedó muy lejano.
– Al principio nos íbamos con las rodillas moradas de tanto tirarnos al piso. Somos viejitas, no somos niñas de verdad, aunque pareciera -agregó la soprano Cintia Verna en alusión a las rodilleras que llevaba puestas.
La inserción de esta obra en la cartelera de las vacaciones de invierno es una invitación al público de todas las edades a conocer la potencia del teatro lírico. El hecho de que sea un espectáculo que puede disfrutarse en familia no significa, sin embargo, que se trate de una propuesta light. «La realidad es que los cuentos de los hermanos Grimm son crudos, así es su poética -señaló Garcés en conversación con Ópera en Argentina-. Por eso el espectáculo está sugerido a partir de 5 años. Aunque los protagonistas sean niños, las situaciones que pasan los personajes de la historia son cosas que uno puede vivir a cualquier edad, es un texto universal».
Ensayo abierto de Hansel y Gretel (Junio, 2019)
– ¿Por qué eligieron esta obra y no otra?
– Primero, nos encontramos con que musicalmente es maravillosa -afirmó Garcés-. Y después vimos que la situación de estos dos hermanos no era tan lejana a la realidad de muchos chicos argentinos cuyos papás trabajan todo el día, que están solos en la casa y hasta ellos mismos no pueden ir a la escuela porque tienen que trabajar. A veces no hay comida aunque todos trabajen. Eso es algo que en el cuento parecería que es una historia que solo sucede en la Alemania del siglo 19 pero en Argentina pasa, y mucho. El teatro tiene eso que es lindo: nos permite a todos vivir situaciones que, por más que no sea la de ninguno de nosotros -ya que somos privilegiados de ir a la escuela y tener comida-, no es la realidad de todos los argentinos. Y está bueno poder hablar de esas cosas también en un escenario, y que no sea solo un show.
Tanto la música como el libreto fueron intervenidos para interpelar a una nueva generación de espectadores. «La traducción que había de la obra era hermosa pero era muy vieja y tenía cosas que no iban a funcionar para el público de hoy. La gran premisa que tenemos con esta ópera es no subestimar a los pibes -subrayó el régisseur-. Esto de que porque son chicos todo tiene que ser lindo y tierno, todos tienen que saltar y tiene que haber colores lindos: eso no es así en los hermanos Grimm. Ellos, justamente, no querían mostrar una versión edulcorada del mundo».
La decisión de que la tecnología tenga un rol preponderante en la música y en la puesta en escena no tiene que ver con seguir una moda sino con contar la historia a través de medios actuales. Todos los componentes de la obra, empezando por el uso de la voz, cumplen una función dramática específica. «Los hermanos empiezan a cantar como una necesidad de evasión frente a una realidad que los oprime: pero también en ese canto y música aparece un anzuelo, una trampa», adelantó Garcés.
Niñas y niños anotaron sus preguntas durante el ensayo abierto (Junio, 2019)
– ¿Es improvisado? -aventuró una niña durante el ensayo abierto.
– ¡Noooo! -respondieron todos al unísono, entre carcajadas.
– ¿Les lleva mucho tiempo ensayar?
– Ensayamos todos los días, incluso los fines de semana, pero nunca es suficiente -aseguró el director escénico.
La idea de hacer esta obra se instaló a finales de 2017 en la mesa de trabajo de Sol Lírica, la compañía de ópera independiente que co-produce este espectáculo. Desde entonces, más de treinta personas fueron convocadas para darle cuerpo y sonido al texto. Facundo Negri, Licenciado en Composición con Medios Electroacústicos, fue el encargado de armar un orden sonoro en el cual todo está permitido a los fines de narrar la historia con actualidad. Sus aportes incluyen desde partes de piano que respetan el estilo original de la partitura de Humperdinck, pasando por otras más cercanas a Gershwin, Bernstein, gestos de comedia musical y hasta música de videojuegos.
«Mi intervención tenía que ver con una necesidad escénica -explicó el compositor-. Trabajé con sonoridades que hoy en día están en el imaginario y en la memoria de los chicos, de ahí la inclusión de música electrónica. Mi acercamiento a la ópera tiene que ver con lo cinematográfico y lo teatral: la música adquiere un papel central porque debe sostener el mundo imaginario que le ponemos a los dos hermanos para que planteen sus vicisitudes, sus sueños, sus ganas de bailar. El mundo de sonidos que creamos desde el piano y la electrónica refuerzan el mensaje que a la vez se da con las proyecciones en escena. Todo esto tiene que ver con la ruptura que significa hacer ópera para chicos hoy».
Esta nueva producción de Hansel y Gretel tiene mucho para decir sobre la realidad actual en una atmósfera de fantasía, humor y sensibilidad. Se le suma un desafío: lograr que un cuento nacido hace dos siglos resuene en el espíritu de niños y adultos que habitan una era hipermediatizada. Y el anhelo de que la experiencia funcione como un portal para los espectadores hacia el universo de la ópera como teatro musical.
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Hansel y Gretel se presenta a partir del 23 de julio al 4 de agosto de martes a domingo a las 11 hs en el Teatro de La Ribera (Avda. Pedro de Mendoza 1821). Entrada gratuita sujeta a capacidad de la sala. Se retiran desde una hora antes de la función.

Ópera
Hansel y Gretel
Autores Engelbert Humperdinck, Adelheide Wette
(sobre el cuento homónimo de los hermanos Grimm)
Versión musical Facundo Negri
Traducción y versión Julián Ignacio Garcés
Hansel Daniela Prado o Lucía Alonso Moser
Gretel Elizabeth Guerrero o Cintia Verna
Señora Marina Silva o Patricia Deleo
Papá Gabriel Vacas o Leandro Sosa
Mamá María Eugenia Caretti o Lorena Cisneros
Mucama Constanza Díaz Falú o Ximena Farías
Piano Mariano Manzanelli o Florencia Rodríguez Botti
Coordinación de producción Nahuel Carfi
Producción técnica Martín Ranea
Asistencia de dirección Martín Ferreyra, Mariana Melinc, Ana María Converti
Repostería Luciana Manouelian
Asistente de sonido Francisco Pérez Zandoná
Asistente de dirección de escena Florencia Ayos
Diseño sonoro Daniel Vach
Diseño de proyecciones Juan Selva
Diseño de coreografía Laura Chidichimo
Diseño de iluminación Verónica Alcoba, Fernando Chacoma
Diseño de vestuario Mariana Seropián
Diseño de escenografía Isabel Gual
Dirección musical Ulises Maino
Dirección de escena Julián Ignacio Garcés
Duración: 80 minutos.
Edad sugerida: a partir de 5 años.
Co-producción con la compañía Sol Lírica.
Excelente contenido, gracias por compartirlo
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Excelente articulo sobre la #Ópera
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