“Componer y poner en escena una ópera es una locura que seguiré haciendo”

Hace dos semanas estrenó «El infierno musical», con música de Guillermo Vega Fischer y el texto completo del último libro publicado por Alejandra Pizarnik, un año antes de su muerte. Se presenta los domingos en Machado Teatro.

Texto: Noelia Pirsic | Fotos: Sol López

Fotos---EL-INFIERNO-MUSICAL-(34w)Yasmín Fainstein (piano) junto a las cantantes Anahí Fernández Caballero y Carolina Bejar

“No puedo hablar con mi voz, sino con mis voces”, expresa Alejandra Pizarnik en Piedra Fundamental, uno de los poemas de El infierno musical, el último libro que publicó con vida. Esta frase sirvió de disparador al compositor argentino Guillermo Vega Fischer para comenzar a componer la ópera homónima, en la que la poeta aparece desdoblada no solo en sus versos sino también en escena. Tres mujeres representan a Alejandra en esta versión lírico-teatral del libro:  La pianista-actriz (Yasmín Fainstein) como la misma Alejandra y dos cantantes-actrices que interpretan versiones fantasmagóricas de la escritora en los personajes de La niña (Anahí Fernández Caballero) y La endechadora (Carolina Bejar).

La ópera El Infierno Musical estrenó hace dos semanas en Machado Teatro pero lleva cinco años siendo construida por su compositor. Él junto a las tres intérpretes y el artista visual Pablo Archetti comenzaron a principios de este año a ensayar todas las semanas para poner en escena esta obra a la que su creador categoriza como una instalación lírico-teatral.

“El término ‘instalación lírico-teatral’ es el que mejor describe a esta obra”, señala el músico. “Lírico en dos aspectos, en el musical y en la poesía como género lírico. La palabra reúne ambas disciplinas. Y la escenografía es en realidad una instalación, está confeccionada mucho más en el detalle para ser vista en cercanía, no está hecha para la lejanía”. Las características de la sala permiten al público esta proximidad para apreciar los detalles de la puesta. La obra de hecho incluye la posibilidad para los espectadores de transitarla luego de la función.

Fotos - EL INFIERNO MUSICAL (2wii)Anahí Fernandez Caballero como La niña

En esta nueva creación de Vega Fischer, una vez más los instrumentos musicales forman parte de la escena. Así como en otra de sus óperas una máquina de escribir –ejecutada por un cantante- formaba parte de la construcción sonora, en esta ocasión las intérpretes harán sonar una montaña de bebés de juguete y un campanario en distintos momentos de la obra, en un trabajo de compleja coordinación con las partes del piano, el sonido electrónico, el texto hablado y voz en off.

“El personaje de La niña es niña en un sentido más bien cariñoso-erótico”, aclara Vega Fischer, sobre uno de los personajes de la ópera. “Pizarnik menciona a la niña en sus textos en términos de una calentura que tiene, ya que a ella le gusta una jovencita a la que llama de esa manera. Se contrapone al otro personaje, el de La endechadora, que es una vieja decrépita, la representación de la muerte. En definitiva, ambas son representaciones de la muerte, pero una como la muerte del deseo y la otra como el deseo de la muerte”.

La voz en off de Alejandra corresponde a la de Sol López, fotógrafa y gran lectora de poesía que también ha colaborado en las obras anteriores del compositor y también integra esta compañía lírica denominada Canción Nocturna del Caminante. “Componer y poner en escena una ópera es una locura que seguiré haciendo”, bromea el compositor, aunque asegura que una vez finalizadas las seis funciones de El infierno musical se tomará un descanso.

Bejar y Fernandez Caballero ya se conocían con el compositor por haber compartido escenario, ya que Vega Fischer también se desempeña como cantante. “Este proyecto se concretó cuando logré conformar el elenco, porque desde el comienzo sabía que iba a ser muy exigente para las intérpretes, iba a demandar mucha entrega y tiempo de ensayo, y eso solo se logra cuando contás con el compromiso de los músicos”, afirma. “También incorporamos una coreógrafa ya que esta producción requiere mucha destreza física en escena. Se trata de un texto muy largo y complejo. Tuve que encontrar dos personas que se enamoraran de esta obra, en realidad tres. No fue fácil dar con una pianista que tenga deseo de subirse al escenario, no solo tocando sino también acompañando con acciones físicas junto con las cantantes”.

Poner en escena esta ‘biografía surrealista de Alejandra’, como la llama Vega Fischer, también implicó ponerse en contacto con los familiares de la escritora a través de Argentores para que autorizaran la representación de esta obra. La hermana y el sobrino de la poeta aceptaron que se creara una versión operística de El infierno musical siempre y cuando se utilizara el libro completo, sin supresiones ni modificaciones en el texto, una premisa que Vega Fischer ya tenía cuando comenzó a componer.

Ensayo.pngCarolina Bejar como La Endechadora

Otra de las características de esta producción tiene que ver con la presentación de los subtítulos, a cargo de Archetti. “El subtítulo es una necesidad en sí en la ópera, incluso cuando está en castellano, ya que el simple hecho de cantar lírico hace que se haga menos entendible el texto. En este caso hay que sumarle a que el texto de esta ópera es muy complejo, es una poesía que incluso si te sentaras a leerla te costaría”, explica el compositor. Esto motivó la necesidad de un subtítulo especial: Las estrofas del poema se van armando en la proyección como si viéramos las páginas de un libro. “Es decir, a la gente la invitamos a leer juntos este libro durante una hora. En lugar de que alguien se lo lea, lo hacen las cantantes dentro de una puesta en escena. Pienso en Pizarnik como una artista visual también, ya que un poeta elige la disposición de las palabras en sus textos”.

El infierno musical es la última obra publicada por Pizarnik un año antes de quitarse la vida. Las dos obras anteriores de Vega Fischer también narran los últimos momentos de sus protagonistas en este mundo, sin llegar a representar el momento de la muerte. “Yo en realidad soy un amante de la vida, de hecho me planteo que podría prescindir de todas estas cosas y vivir en la naturaleza», afirma el compositor. «Lo que me permite estar buceando en estas oscuridades es el hecho de que yo mismo no soy así de oscuro, sino probablemente terminaría como Pizarnik”.

Última función: domingo 17 de diciembre 21:30 hs en Machado Teatro (Machado 617, CABA). Para adquirir entradas, hace clic aquí.

FICHA TÉCNICA

Autoría: Alejandra Pizarnik

Dramaturgia: Guillermo Vega Fischer

Intérpretes: Carolina Bejar, Yasmín Fainstein, Anahí Fernández Caballero

Voz en Off: Sol Lopez

Vestuario: Endi Ruiz

Instalación visual: Pablo Archetti

Música: Guillermo Vega Fischer

Fotografía: Sol Lopez

Diseño gráfico: Pablo Archetti

Asistencia de dirección: Rodrigo González Alvarado

Dirección: Guillermo Vega Fischer

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