Sebastián Magrinelli (tenor) y María Almeida (soprano) el domingo pasado en Recoleta. Foto: Ópera en Argentina
Corre el año 2015. Un tenor y una soprano se suben a una moto y dan vueltas por la ciudad de Mar del Plata. No están paseando, están entregando entradas puerta a puerta para su espectáculo lírico. Son los mismos que un año antes se presentaban en el Teatro Colón marplatense con una carpeta que contenía una propuesta: una temporada de ópera y galas líricas en la ciudad. Los mismos que –junto con el diseñador gráfico e ilustrador Ezequiel Tolosa-, pegan carteles por la ciudad para difundir sus shows y una hora antes del concierto –ya vestidos de gala- todavía están ocupados tirando cables y acomodando luces.
Sebastián Magrinelli –tenor- y María Almeida –soprano- aprendieron varios roles desde que en 2013 crearon la compañía ‘Bella Ópera’. Y no se trata de personajes de ópera solamente, sino todo lo que implica la gestión de un proyecto. Entre ellos y su socio diseñador e ilustrador, se reparten las tareas que requiere la puesta en escena de un espectáculo lírico: desde la elección de los títulos y los intérpretes, hasta la confección de entradas y folletería, armado de carpetas con propuestas para presentar en los teatros, selección de profesional técnico, comunicación y difusión.
“Nos cansamos de ver cosas que no nos gustaban o eran incompletas, por eso surgió la idea de crear la compañía. Nos interesa hacer algo nuestro, que sintamos que nos representa y con la calidad a la que aspiramos”, comenta Almeida en el intervalo de una de las presentaciones espontáneas del grupo por las calles del barrio de Recoleta. Junto con Magrinelli, acaban de cantar una serie de arias y dúos de ópera y zarzuela sobre la calle Vicente López, frente al cementerio. Personas de todas las edades se acercaron a escucharlos según les resonara más el “Va Pensiero” o la “Donna é Mobile” de Verdi, la primera aria de Fígaro en El Barbero de Sevilla de Rossini, o la canción de ópera-pop italiana “Con te partirò”.
“Nosotros vinimos a Buenos Aires para estudiar y perfeccionarnos, y de la mano vino todo esto –explica el tenor-. Nos gusta abrir las puertas a gente que no va generalmente a escuchar este tipo de música. Hay chicos que se paran a mirar y se quedan asombrados de escuchar una voz que no se escucha normalmente en su casa”. No solo hay niños mirando con extrañeza y admiración, sino también grupos de amigas y amigos que filman con su celular, parejas de todas las edades que se abrazan y cierran los ojos mientras escuchan las voces de los cantantes que entonan diversas melodías bajo el sol de un domingo a la tarde.
Espectadores al pasar de ‘Ópera en zapatillas’ , el domingo pasado en Recoleta. Foto: Ópera en Argentina
Magrinelli y Almeida llevan años teniendo la misma conversación con las personas que recién los conocen:
– ¿De qué trabajas? –les preguntan.
– Soy cantante –responden.
– Bueno, ¿pero de qué trabajas? –insisten.
El tenor se mudó de Mar del Plata –su ciudad natal- a Buenos Aires hace más de un año junto con Ezequiel Tolosa. La soprano recién se animó a hacerlo hace cuatro meses. Ella viajaba cada quince días a Capital Federal para poder asistir a clases o eventos líricos, hasta que el solista Ernesto Bauer la convenció de mudarse. “Yo ya era periodista, iba por la mitad de la carrera de Derecho y había llegado a pensar que el canto era para mí un hobby, porque no le encontraba la vuelta a vivir de eso. Un día participe de una puesta de la ópera La Traviata en mi ciudad, y ahí conocí a Ernesto, que me escuchó, me agarró de la camisa y me dijo: ‘vos te venís a Buenos Aires’”. El tenor le buscó un lugar donde quedarse, ella consiguió un trabajo y así fue como la soprano pudo retomar su labor con Bella Ópera junto con Magrinelli y Tolosa que ya estaban instalados en la ciudad. Actualmente, él toma clases con reconocidos profesionales de la lírica como Dante Ranieri y Omar Carrión y ella estuvo becada por Reynaldo Censabella y estudió con María Rosa Farre, quien fue maestra del Teatro Colón.
“En Mar del Plata hay movida lírica, pero es chica. No hay un mercado laboral ni un circuito para que un artista pueda vivir de cantar. Se canta mucho por amor al arte -afirma la soprano-. Pero se olvida que el artista come, y necesita trabajar de lo que hace”. En Buenos Aires, los artistas se encontraron con un horizonte más amplio, pero a la vez restringido y competitivo: “En esta ciudad también somos muchísimos los cantantes, y los teatros oficiales no tienen puestos para todos. Por eso creo que es importante generar nuevos espacios, como nosotros hacíamos allá en Mar del Plata, donde siempre teníamos invitados en nuestros shows. Nos gusta invitar a amigos a nuestras funciones, y así sea un espectáculo a la gorra, retribuimos a todos los que participan.”
El proyecto de Bella Ópera de llevar la ópera a las calles de Buenos Aires –denominado ‘Ópera en zapatillas’- tiene sus costos, que son absorbidos por los tres integrantes de la compañía: micrófonos, parlante, gráfica de promoción, traslados, vestimenta, eso sin contar el tiempo que requieren los ensayos durante la semana, las clases que toman y la preparación de las pistas sobre las que cantan. “Es un riesgo para nosotros estar acá, pero lo asumimos –asegura la soprano-. Uno desarrolla técnica pero no es lo mismo cantar en una cajita de cristal como es un teatro con excelente acústica y climatización, que venir acá. Además, cantar con pistas no es lo mismo que hacerlo con una orquesta. Para nosotros es un riesgo saber que venimos a exponer nuestra garganta al viento y al frío”. “Es muy raro –expresa Magrinelli- que aunque tenemos el cuerpo y la voz cansados, y tenemos otros trabajos además de estudiar durante la semana, en nuestro día de descanso venimos a hacer esto porque nos genera placer”.
Sebastián Magrinelli (tenor) y María Almeida (soprano) el domingo pasado en Recoleta. Foto: Ópera en Argentina
Bella Ópera decide mudarse a Buenos Aires no solo debido a la falta de vacantes para cantantes líricos en su ciudad natal, sino también para crecer profesionalmente. “El canto lírico está presente en los conservatorios en Mar del Plata, pero no al nivel que nosotros aspiramos”, explican Magrinelli y Almeida. Generalmente, cuando se arman espectáculos con mayor presupuesto, se llama a solistas porteños y los marplatenses acceden a roles secundarios. “Acá en Buenos Aires está la elite de cantantes que realmente saben lo que tienen que hacer con la voz, y eso en nuestra ciudad por diferentes razones no sucede”, afirma el tenor.
Si bien se mudaron por voluntad propia, a veces extrañan el Teatro Colón de Mar del Plata. “Tenemos treinta años y debemos haber cantado más de doscientas funciones ahí. Amamos ese teatro, es nuestra casa, lo cuidamos. Es un teatro municipal muy chico donde si no lo cuidamos nosotros los artistas, posiblemente lo privaticen o lo cierren”, expresa Magrinelli mientras se abriga el cuello con una chalina. El sol cae y empieza a hacer frío. En Mar del Plata en esta época la temperatura es menor, por eso no sería posible salir de esta forma a cantar por las calles. Además, la ciudad queda muy desolada en invierno en tanto los turistas vuelven a sus ciudades hasta la siguiente temporada.
Una señora se quedó escuchando emocionada a la dupla durante los cuarenta minutos que duró la primera parte del espectáculo en la vía pública. Durante el intervalo, se les acercó para felicitarlos y de paso preguntarles si era posible contratarlos para algún evento privado. Otros se acercan para consultar por clases de canto. La soprano cuenta los billetes que dejaron los espectadores. “¡Alguien dejó un dólar!”, se ríe y continúa sumando.
– En Mar del Plata es autogestionarte o no hacés nada -comenta Tolosa, quien además de encargarse de la gráfica de Bella Ópera y el contenido audiovisual en los shows, filma las presentaciones de los cantantes con su celular para luego compartirlas en las redes sociales
– Y acá por ahora es igual. Nosotros nos auto-subvencionamos –señala la soprano.
– Queríamos hacer esto desde lo anímico también. Antes de venir para acá, teníamos un ritmo de trabajo que perdimos con el trajín de la mudanza –apunta Magrinelli.
– Bella Ópera es una adicción y estábamos en abstinencia –bromea Almeida.
Si bien ninguno rechazaría la oferta de trabajar para un teatro o cuerpo oficial, los tres están entusiasmados con el desafío que representa Ópera en Zapatillas. “La calle no es lo mismo que un teatro. En una sala, uno está un poco obligado a quedarse en su butaca hasta el final, pero en la vía pública si te gusta, te quedás, y si no te gusta te vas”, afirma la soprano. “Tenés que tener mucha atracción con la gente, llamarlos: ¡vengan, escúchennos! Es muy distinto que subirse a un escenario, cantar e irse”, coincide su compañero.

Espectadores al pasar de ‘Ópera en zapatillas’ , el domingo pasado en Recoleta. Foto: Ópera en Argentina
Los integrantes de Bella Ópera no solo tienen en cuenta lo estético desde la puesta en escena y el manejo de la estética de la compañía –a cargo de Ezequiel Tolosa-, sino también decidieron modificar su apariencia física para ser parte del circuito. “Cuando tenía muchos kilos de más, solo me daban roles como la maestra, la novicia o la monja”, recuerda Almeida. “Un régie me dijo una vez: ‘tenés que adelgazar’. No me lo tomé a mal porque entendí la intencionalidad del comentario: me hizo dar cuenta de que hoy por hoy ser cantante no es ser solamente una voz. La irrupción de referentes como Anna Netrebko y Angela Gheorghiu cambiaron el parámetro: ahora hay que estar en forma, tener en cuenta lo estético y también saber actuar. El cantante tiene que usar todos los recursos de los que dispone para hacerte poner la piel de gallina”.
Ya se hizo de noche pero la gente todavía pasea. Muchos salen o entran del cine sobre la calle Vicente López. Mangrinelli y Almeida se sacan los abrigos, toman un par de mates calentitos y deciden dar comienzo a la segunda parte de la función callejera. La gente pasa y mira, de a ratos se forma un semi-círculo de veinte o treinta personas admiradas ante el espectáculo. Cuatro niños corretean en el escenario improvisado sobre la vía pública y dejan billetes en la cajita. Al día siguiente, los tres integrantes de Bella Ópera volverán a sus otros trabajos, a sus clases de formación y a sus proyectos: ya están planeando un nuevo espectáculo lírico como los que acostumbraban a presentar en los teatros de Mar del Plata, pero prefieren no adelantar nada. En cuanto consigan el espacio, develarán su secreto.

Ezequiel Tolosa (diseñador e ilustrador), María Almeida (soprano) y Sebastián Magrinelli (tenor). Foto: Ópera en Argentina
Integran Bella Ópera: María Almeida (Soprano), Sebastián Magrinelli (Tenor), Ezequiel Tolosa (Diseño, video e ilustración)
Facebook de Bella Ópera: https://www.facebook.com/BellaOpera/?fref=ts
Canal de YouTube: https://www.youtube.com/channel/UC4ZE-7_cSGQpWV9GwtVv2Jw
Contacto: bellaoperashow@gmail.com